miércoles, 12 de noviembre de 2008

AEROPUERTOS (II)

Hasta que al fin sucedió……
La hora y pico que transitamos esa hermosa y gigante esmeralda que nos separaba del destino, sólo fue matizada con algún que otro monosílabo y la lluvia que de a ratos daba cuenta de donde estábamos.
Si.
Para colmo lluvia.
Cómo si no fuera suficiente los últimos días de agonía, en donde negábamos los minutos a fuerza de una tozudez infantil, que no engañaba del todo al calendario, al reloj, a nosotros.
Cómo si el silencio no fuera lo suficientemente explícito y ensordecedor, capaz de tapar la música denosequién que me gusta mucho.
Se puso a llover.
Con esas gotas grandes, gordas, pesadas. Gotas pretenciosas. Esas que te recuerdan que un día fueron agua y ahora lo quieren volver a ser.
Trato de balbucear algo y ni siquiera yo me entiendo.
Estamos con tiempo, entonces me lleva a mirar un pueblito que nos faltó conocer.
Aprovecho la parada, prendo el cigarrillo, ese que no se me ocurrió volver a fumar dentro de su coche.
Y el humo me parece más triste que la lluvia
Finalmente llegamos.
Adonde hace unos días volvió a empezar.
Nos miramos.
Ninguno de los dos se anima a emular la lluvia
Algo se me atraganta en la boca
La miro y la abrazo como para que no se me escape.
Cómo para decirle que estoy, que todavía estoy.
Para que le dure
. Para que me extrañe.
Me escondo en su cuello, inhalando, absorbiendo, saboreando el rocío mezquino de su esencia. Ese que añoro segundos después de despegarme de su cuerpo.
Nos bebemos por última vez.
Ella busca una excusa para irse antes.
Yo la acepto y la miro salir. Fingiendo una fortaleza que la muestra más vulnerable aún.
Ruego que no pierda lo que encontró.
Subo las escaleras arrastrando lo que parece ser un bolso, arrastrando lo que parece ser mi persona.
Y pienso en las cientos de veces que quise que me despidieran en un aeropuerto,
En las miles de veces que reclamé que alguien me recibiera,
y en esta única vez que no miro siquiera el destino, no pienso a que o a quien vuelvo a ver.
Que papeles, que escalas, cuanto estaré sin fumar, que demoras ……..
Sólo puedo pensar en la próxima vez que esté en ese aeropuerto y sacarme ese vacío lleno de nostalgias.Sólo pienso en volver, y esta vez, sin despedidas